sábado, 2 de mayo de 2009



Puerta, desarmonía, demencia

Creo que me deben quedar 2 pequeños frascos con tintas. Me encuentro aun escribiendo, luego de haber tenido que cambiar el primer frasco. Ya solo quedan dos, y al momento de acabarse el ultimo, no se que haré. Se que cuando deje de escribir, moriré. Estoy jugando una carrera contra el tiempo, carrera, que por cierto, ya la tengo perdida. Mi vida depende de la cantidad de letras que pueda llegar a escribir, y cada palabra, cada oración es un paso mas cerca de la muerte. Yo cuento con 3 frascos de tinta como vida, y haré uso de ellos como mejor pueda.

A la mañana siguiente de los terrores nocturnos, me dispuse a leer el diario como de costumbre. Mas de lo mismo, muertes por acá, robos por allá, violación y tortura por el otro lado. Más medios intentando crear una histeria colectiva. Ya iba a tirar el diario cuando leí la atroz noticia: El dueño de la librería había sido asesinado de una manera brutal por la noche, su local había sido forzado y lo habían encontrado durmiendo. Al parecer, el o los asesinos, no utilizaron ningún método de maltrato físico, sino que el SR. Lemurias murió en un estado de total shock. En el cuerpo del librero, no encontraron ningún signo de violencia, pero en el cuarto encontraron manchas de sangre, tizas, e incluso en una parte del piso, parecía que alguien había borrado algún tipo de símbolo dibujado.
El o los asesinos no llevaron nada de la librería, ni siquiera dinero. El único daño material había sido el forzar la puerta, pero por lo demás, ningún objeto había sido robado o dañado.
A la hora de dirigirme hacia mi trabajo, pase por aquella avenida donde se encontraba situada la “ol’ Jaz vin Ded”.
¡No podrás corromperme de nuevo!
¡No volverán, no volverán!
¡Pronto acabara!
¡No podrás corromperme de nuevo!
Los demonios aun suenan en mi cabeza, producto de los espasmos y de la inminente orgía de insanidad y locura.
Esa noche, la segunda noche luego de haber adquirido el libro, regrese a mi hogar. Esta vez sin sobresaltos, sin ningún incidente en particular. Había sido un día tranquilo. Al abrir la puerta, encontré mi morada a oscuras, y decidí prender las luces. No tenia intenciones de abrir el libro de nuevo, ni siquiera me atrevía a tocarlo. Pero había algo en el que me llamaba, algo o alguien me susurraba a los oídos con una vos suave y tetrica a la vez. Aquella mujer pedía ser liberada, quería que la leyera. ¡OH dios mío! ¡Como iba a saber yo los males que causaría al leer aquel testamento!
Como un niño que está ansioso por abrir un regalo, fui acercándome al libro. Acerque mi mano poco a poco, temeroso de sufrir la agonía mental nuevamente. Pero al momento de juntar mis dedos con el libro, cerré los ojos. No hubo sensaciones violentas, no hubo ningún síntoma que refleje mi actual demencia. Al parecer, ya había superado la primera prueba.
Misteriosamente, la marca de pagina no se encontraba en el capitulo uno. Sino que estaba marcando el capitulo dos.

1 comentario:

  1. en el medio de una madrugada, muy calida por cierto, me encontre caminando sola en el pasillo que llevaba hacia el comedor, en eso oi un disparo, y mi historia termino.
    Desde el cielo veo sus risas, mientras yo gozo de mi muerte, ellos reian mientras yo agonizaba, mientras mi familia por mi lloraba. Hoy en dia, no se qe dia es, no se donde estoy, solo qe siento calor, recuerdo sus risas y me causa pudor, ellos siguen con sus vida, y por mi ¿justicia? qe risa!, en realidad espero otra vida, para en ella tomar venganza, ellos de mi se vurlan mientras yo, planeo en las penumbras un final qe desate sangre, con algo filoso qe lastime hasta matarlos, espero lograr qe supliquen por la muerte.
    Ese valazo dolio mas que un bate en el cuello, dolio mas qe aqella ves que vi el suicidio de mi padre.
    Ellos pagaran en esta vida o en las demas..

    Mira lo qe me haces pensar.. :|

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